Cthulhu Pulp Adventure (ACHTUNG! CTHULHU)
El Caldero del Renacimiento
Objeto de poder: El Caldero del Renacimiento
Esta pieza de gran poder aparece y desaparece en las más antiguas leyendas de las islas británicas. En su superficie, una imagen en alto relieve muestra a una figura gigantesca sumergiendo a los muertos en un caldero y resucitándolos (según otras fuentes representa una imagen de una ceremonia de iniciación)
La primera aparición del Caldero del Renacimiento, también Caldero de Dagda, es como uno de los Cuatro Tesoros traídos a Irlanda por los Tuatha Dé Danann una de las razas de seres míticos, y semidivinos, que poblarían la isla antes de la llegada de los milesios. Según cuenta el Leabhar Ghabala o Libro de las invasiones, este pueblo misterioso habría obtenido gran poder mágico y sus poderosos talismanes en una lejana tierra del norte. Al llegar a Irlanda los recién llegados se enfrentaron a los anteriores ocupantes de Erin, los fir bolg y con la ayuda de los talismanes los derrotaron. Estos Tesoros eran una lanza y una espada invencibles, una piedra que gritaba al sentarse sobre ella un verdadero rey y el Caldero, capaz de alimentar a un ejército y también de devolver la vida a los muertos.
Sin embargo, sigue contando el libro, cuando los hijos de Mile, los gaélicos, llegaron a su vez los Tuatha se vieron obligados a retirarse al Otro Mundo, convertidos en dioses, hadas y leyendas y sus tesoros (excepto la Piedra del destino o Lia Fàil que aún se alza sobre la colina de Tara) terminaron por perderse. Las fechas que los historiadores dan para le llegada de los primeros proto-gaélicos a la isla de Erin son muy variadas, desde el 6000 a.c. a tan sólo unos siglos antes de la era.
El Caldero sin embargo reaparece en otro ciclo mitológico celta, en las historias galesas del Mabinogion. En uno de los relatos, titulado Branwen, Hija de Lyr se nos narran las hazañas del gran rey Bran (“Cuervo”) y en concreto una aventurada expedición a Irlanda para vengar la deshonra sufrida por su hermana Branwen (“Blancos senos”) en la corte de su rey. Pero lo que nos interesa sobre todo de esta historia es que el rey cuenta con un arma extremadamente poderosa en su arsenal que está a punto de causar la derrotar para Bran y sus hombres: “Los Gwyddyl (irlandeses) comenzaron a encender el fuego bajo el Caldero de la Resurrección y echaron los cadáveres en el caldero hasta que estuvo lleno. Al día siguiente se levantaron convertidos en guerreros más temibles que nunca, salvo que no podían hablar”
Sin embargo uno de los hombres de Bran consigue llegar hasta el caldero y quebrarlo en cuatro partes consiguiendo una victoria pírrica para su bando (se dice que sólo siete hombres volvieron de dicha expedición) nada nos cuenta el relato del destino de esas cuatro porciones.
Aparentemente a partir de este momento (y pese a referencias en las leyendas artúricas como el enigmático poema los “Despojos de Annwfn” a un caldero similar al descrito) los fragmentos desaparecen de las historias y de la vista de los hombres. Es necesario notar que estas historias fueron conservadas oralmente durante mucho tiempo y que, en la forma que las conocemos, fueron redactadas por monjes cristianos a lo largo de los siglos medievales.